Mandela fue liberado en 1990, y en 1994, se convirtió el primer
presidente negro de Sudáfrica y con él desapareció de golpe el temor a una
guerra civil. En el 94 se celebraron elecciones. Todo transcurrió con bastante
normalidad, y el resultado es que Mándela puso en marcha una nueva Sudáfrica democrática y libre.
Poco tiempo
después de que Mandela y su equipo de gobierno se pusieran a trabajar, los
cambios los anhelados cambios empezaron a materializarse.
Las escuelas y
universidades del país se abrieron a todas las razas. De repente veías críos
blancos jugar en las playas con otros que eran negros, indios o mestizos. En
los barrios había negocios regentados por negros.
Las madres
llegaban un día y anunciaban: "¡Por fin ya no necesito más el maldito pass!", una
especie de libreta de identidad para negros, que obligatoriamente debían llevar
siempre consigo.
Y es que muchos
de los sudafricanos, no sólo la población no negra, deseaban desprenderse del
terrible sistema de Apartheid, y sin Nelson
Mandela, no hubiera sido posible. A él y a nadie más, se lo debemos.
En el parque cercano a la escuela de Vredehoek, niños y niñas
-blancos y no blancos– juegan en el patio. Sus papás no tardarán en pasar a
recogerlos. A ellos vamos a tener que explicarles muy bien lo que el Apartheid
significó para desgracia de muchos sudafricanos y el “milagro Mandela”; cómo
explicarles a todos para que lo entiendan, y más importante aún, para que
valoren lo bien que hoy viven y, por consiguiente, lo muy agradecidos que hay
que estarle siempre a Nelson Mandela, ese hombre a quien no llegaron a conocer.
Madiba, muchas
gracias por luchar por Sudáfrica, gracias por luchar por el derecho a vivir en
libertad y en democracia.
Yo nunca te
conocí en persona -digo yo que no lo conocí y dirán también estos niños y niñas
de hoy-, pero no hizo falta; siempre formarás parte de nuestras vidas. Gracias
por dar un mejor futuro a estos chicos para que el día de mañana vivan con
dignidad y puedan sentirse orgullosos por sus logros. Ahí donde vayas, que lo
puedas hacer en paz. Y sobretodo, que
tu inmenso amor y compasión nos llegue a todos desde Sudáfrica, y seamos
felices.
¡Gracias, Madiba!
Adaptación del artículo de La Vanguardia, “Como explicar a los
niños quien fue Nelson Mandela”, 19/07/013
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